Tuesday, August 08, 2006

No estamos para esto

quizás estar en un 26 en la avenida cobo a las 5 48 am perdido, siendo despertado por un niño que te pide dinero pensando que sos médico y que te retrotrae a tus diferencias ideológicas luego de haber lucrado con la perversidad de la noche tenga todo que ver con la depresión de las 6 13 am. O quizás es rosario que siempre remite a la nostalgia, y la luz que se hace un año y seis meses más tarde para terminar de autodestruir las ruinas de una personalidad matrecha desde su gestación. No hay nada que ver acá. No hay nada que ofrecer. La desidia es suprema, y quizás entre la peste se encuentre la seducción de las víctimas enterradas, pero sólo se encontrará sangre y miseria. No hay misterio, eso murió con el glam y la adolescencia. La humanidad es demasiado madura para ese tipo de situaciones. Todos creemos haber vivido demasiado, y eso nos liquida. No sé si perder la inocencia sea tan bonito como nos lo pinta brad pitt. En otras palabras, quizás estamos todos en el mismo cubito mágico y no nos sabemos resolver. Simón tira una bomba a ramón falcón, y todavía tengo que recordarlo con cariño. Eso es involución.

Thursday, September 01, 2005

J. S.


En una posición torcida, encumbrándose sobre el texto, siendo un testigo totalmente impúdico de una situación que le es completamente ajena. Mirando fijo a los protagonistas de esta secuencia, siendo el voyeur del desarrollo de sus emociones y sacando placer de las cotidianeidades que no pasan por su rutina. Olvidándose incluso por momentos de su situación y sonriendo a la par del hombre que camina irónico por una vereda, ignorando que es observado, pero pensando de manera tan grafica que la vigilancia de la que es objeto se vuelve en extremo competente. A su lado la vida también tiene sus características. Hay azulejos por todos lados, algunos están rajados, creando dibujos preciosos en cada vértice. La luz del sol entra por una ventana y le da vida a una cortina de en frente, volviendo el color celeste mucho más intenso que antes. De vez en cuando se escucha algún motor que se prende y marca un ritmo extraño y constante que acompasa al agua del tambor a su espalda. Y eso por no mencionar las millones de imágenes y fragmentos de combinaciones que van formándose y saliendo reflejadas desde el espejo de tres hojas que incluso juega con algunas gotitas de agua.
Y los pelos cayendo aun más en complicidad con la gravedad hacia ese texto que lo atrae, el cuello estirándose y la nariz intentando ser inútil para no desconcentrar el mundo de sensaciones que entra por los ojos. Casi sin leer, más bien imaginándose lo que el escritor le va contando, identificándose con un individuo tal como este protagonista pedófilo que por primera vez se siente sarcásticamente contento de estar entusiasmado con alguien socialmente aceptable. Fantástica asimilación de las expectativas generales que logran deformar la libido hasta que se endereza en el sentido convencional, y se apaga el agónico sufrimiento de tener como objeto de deseo una condena férrea que lo paraliza en la concreción de su ambición. Jugando con unos niños, el personaje contrae el mismo mal que ellos tienen, logrando finalmente ver a la institutriz que se inventan para acompañarlos en su mundo. Una suerte de mary poppins. Y claro, la audacia del escritor, aquella que atrapa al lector, es la de ir poniendo en duda la existencia de esta persona que le permitiría a nuestro pedófilo poder sentirse aceptado sexualmente y canalizar el objeto de sus ansias sexuales en la dirección de esta mujer ya adulta. Y las conexiones psicológicas que tiene el hecho de enamorarse de una mujer inventada por niños, así como el carácter más leve que otorga desear a alguien inventado que a un infante.
Y el lector no puede evitar despegar la mirada de los renglones que se suceden. Ni siquiera cuando la fuerza estomacal es tal como para que le preste atención. Ese momento de privacidad que él eligió compartir con este presunto perverso le va aliviando el cuerpo. Y llega el momento en que el hombre quiere entablar un contacto con la muchacha. Y el miedo lo invade. Se siente preso del temor a ser rechazado por lo que no había considerado como quizás su única oportunidad de encajar en esa sociedad de la que siempre se sintió aparte. O incluso la variante de que sea realmente una ilusión compartida con los chicos. La culpabilidad inocente de este hombre lo abruma al punto de paralizarlo. Y el sentado lector contrae el vientre mientras se desarrolla la aproximación del perverso con su amada. Aprovechando un descuido de los niños, él se dirige directamente a su amiga, y le habla. El alivio es mutuo cuando recibe respuesta. El hombre parte feliz y el observador relaja el esfínter, dejando buena parte de si mismo en el acto. Ambos con una sensación de alivio extremo, continúan la historia. Ahora el hombre le está hablando a los padres de los chicos que esta mujer acompaña, y mientras con un poco de papel higiénico bajo el pie para no ensuciar el texto que sigue leyendo, el hombre se desempeña en el bidet; los padres miran asombrados al hablar de la existencia de una persona mayor entre sus hijos. Preguntan descripciones, edad, nombre, y dónde es que se la vio. Desconocen completamente a esta mujer. Vuelve a surgir la intriga de la existencia de la mujer. Ya está casi listo, se limpio y se subió los pantalones, y el libro esta encajado de tal manera que mientras se lava las manos, el perverso corre desesperado al jardín de infantes a preguntarles a los chicos dónde se encuentra esta mujer misteriosa. Ahora tiene a un pibe agarrado por el cuello y su insistencia lo lleva al borde del llanto. No quiere una respuesta banal, le pregunta la verdad, quiere que deje de jugar y le responda si existe o no esa mujer. Hay mucho en juego, muchísimo, y su salud mental no es lo de menos. El chico se larga a llorar y de repente hay una situación violenta con el portero del jardín echándolo a la calle y él corriendo desesperado a buscar a alguno de los otros chicos. Ya parado en la puerta del baño, con el libro en una mano y secándose la otra, retrasando el momento en el que salga y se termine su recreo de la realidad, se hacen las 5 de la tarde y ve como uno de los chicos llega a su casa acompañado por su abuela. Le toca el timbre y logra entrar, ya la puerta entreabierta y todo lo que no es privado del otro lado. Se acerca al chico, que pareciera ya saber qué le va a preguntar, y apaga la luz, leyendo con la que viene del pasillo. Suspirando cuando le hacen la pregunta a la que no va a mentir, da un paso y cierra el libro.

Saturday, June 18, 2005

john lennon creame a diario

recupera la forma, escribite en la pared y convertite en graffitti por ideas de analogías con pasados que nos pertenecen por pertenecer al xx xy, a la ecuación que saca un flaco y una flaca, un pistón que explota y una entrada de audio que hace ruidito generando el efecto vinilo; conmemorados en un rincón putrefacto de salón pueyrredón...
Grabémosnos todos juntos, como hilos de un telar despreciable y contagioso, un armonioso grito en la soledad, que es este escrito que no será leído por nadie, porque no tengo la fuerza para ir a buscarte, a vos que en un flashback de una sociedad futura removiendo entre los restos y estacionando en una secuencia escamosa, serpeando entre las viscisitudes de un amor, y los colmillos clavados en el veneno de una sombra, que reaparece sin sentido en la obsesión de alguien que necesita crear la historia para seguir adelante, un vacío que permuta hacia la indiferencia, por la crucial insidencia maligna.
Te deseo y te desprecio.

Siempre me hablo a mi.

Un beso.

Friday, April 01, 2005

hoy no, me duele la cabeza

esto es genial, pongo dos patis en el horno y sé que en cuatro minutos voy a estar comiendo. y sé que estoy escribiendo para vos, porque nadie más lee esto, y a nadie le importa, así que esto es un mensaje para vos. no vale la pena desentederse. es simple, como la complicación, y vos de eso sabés un rato. es tierno y jugoso, como el pati que me espera, y es corto, como el tiempo que falta para que cene. te djeo un beso. ya ni sé por qué hago esto. ¿me lo podés explicar? ¿no te sobra alguna mayúscula por casualidad?

Thursday, March 24, 2005

que jolgorio

si solo entreabriese la ventana, y la luz se flitrase despacio. Vivo apoyado contra un ser consciente y consistente que me permite creer en la materia, y no puedo estar en dos lugares a la vez. No hablo más por msn y sin embargo no contesto el teléfono. Transmuto mi mutismo en gritos intermitentementes, y mi familia, que no está acá, piensa que estoy volviéndome loco. Claro que vienen y me dicen, no, vos te hacés el loco. Sino, tendrían que cuidarme y preocuparse por mi. O por vos, o por todos los hijos de la generación perdida, un montón de escombros humanos que quedamos dando vueltas, que repentinamente heredan un mundo y ya no tienen a nadie a quien echarle la culpa. Qué mierda nos queda ahora?
nada.
madurar?
no me jodas.

Tuesday, March 15, 2005

Charcoal for Air Filtre in Turbo 320 Zip Power Redemption

Entre siete personas, cada una tomando una de las extremidades, empezaron a hacer fuerza, cada una en la dirección que le parecía correcta. Entre siete, las direcciones no fueron opuestas. No existe el opuesto de siete. uno se puso a hablar con tres, y el dos miraba a la cinco con ganas de tirarse él más que tirar hacia él. El siete tiraba con mucho empeño, sin entender lo solitario de su cruzada, y el cuatro tiraba casi a desgano hacia un lugar casi incierto, a veces reemplazando la mímica por la acción. El seis se las quería dar de jefe y en un intento desesperado por incentivarlos, prendió la radio. La música amaina a las fieras. El seis sintonizó entonces la única radio que se oía. Desde lo alto de una meseta boliviana, el punto más alejado de toda civilización dentro de tan desnivelado país, las ondas de radio coincidían en una renuecia a ser individuos materializados. Entre la hora del almuerzo y una improvisada merienda, el seis logró convencer al dos y al tres que se junten con él en el empeño. El tres, al encontrarse en una situación opuesta a la del sies (casi) debía fingir un total desacuerdo con él, para poder lograr la antinomia desada. Nadie quiso tirar de noche. El miedo a los chacales, las llamas y las aguas residía en cada denominador, por lo que montaron una carpa, y prendieron un calentadorcito que no necesitaba enchufarse. La tensión latente parecía suficiente para alimentar la fuente de energía. Cuatro tuvo una pelea con cinco, porque quería ocupar el mejor lugar, el único que no tenía ninguna parte con inclinaciones pronunciadas, pero el dos tuvo que saltar en defensa de la pobre impar, y terminaron compartiendo un rincón que les quedaba demasiado chico. El tres se peleó con el uno, que simpatizando con la ideología del seis, no pudo comprender como ir en contra de él era ayudarlo. Claro que el siete no cejó en su empeño de tirar y tirar, y el seis murió al ser atacado por un cóndor solitario. A todo esto, el interés de tirar desapareció, incluso conviertiéndose en una idea absolutamente absurda, y yo, tirado en el medio, con las cuerdas saliendo de mi, y esperando que me descontracturen la espaldas, me quedé cagado de frío, pasando la noche, y con más nudos que antes.

Tuesday, July 27, 2004

nieve de martes

Fueron tus ojos. Nos los de ahora, sino los que tenías la otra noche. Esa sensación de culpa, esa mirada de deuda. Mierda, no puedo apartarme ese momento de mi pensamiento. Saber que te pude tener, que te puedo tener. Sentirme especial por tu mirada. No me importa si yo la inventé, porque estoy seguro de que la vi. Igual, creo que tu silencio fue lo mejor que pudiste hacer. Expresaste demasiado, entendí muy tarde todo. Ya no entro en juego, el tiempo cambia los mensajes y yo ya no recibo los tuyos. Que pusilánime que soy. Igual me sorprende que el word no marque la palabra pusilánime como errónea, y si quizás la palabra pelotudo. ¿Ves?

La dirección que tomaste estaba plagada de peligros, al menos tengo esa tranquilidad.
 No eras mi responsabilidad.
No quisiste serlo.